OBJETIVOS
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Favorecer el reconocimiento de diferentes emociones.
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Ligar emociones a experiencias de vida.
lo que nos pasó
“No quiero hablar de mis emociones”, nos dijo Dylan apenas planteamos el juego. El escribió la definición de cada uno de los estados ánimo, pero no quiso compartir sus ideas con los demás. Más adelante, reconoció: “A mí no me enoja nada. Ni siquiera me enoja cuando la comida está mala porque he pasado tanta hambre que la agradezco igual”.
consejo útil
Nuestros talleres no son espacios terapéuticos, por lo que siempre tratamos los temas emocionales con cuidado. Sugerimos recurrir a la tercera persona, de esta forma no se está hablando de las emociones propias, sino de las emociones que sienten otros. Por ejemplo, ¿Qué emoción invade a un abuelo cuando el nieto lo viene a ver? ¿Qué siente una persona cuando un joven le abre la puerta?
emociones
La mayor parte de los jóvenes cuenta con muy pocas palabras para identificar sus emociones. Los más diversos estados de ánimo se escudan detrás de las palabras “fome” o “bacán”.
Para poder entenderlos mejor necesitamos ampliar el vocabulario emocional al cual ellas o ellos puedan echar mano y así lograr un diálogo más enriquecedor. Ese es el objetivo de este tipo de actividades que deben ir escalando en complejidad a medida que el grupo se va consolidando.
Actividad 1:
definamos las emociones
Libro recomendado para esta actividad
“El monstruo de colores”, de Anna Llenas, Editorial Flamboyant
