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consejos útiles para organizar un taller
En Métele Cuento queremos compartir nuestra experiencia en la realización de talleres de lectura para jóvenes que tienen poca curiosidad por los libros. Son ideas simples que le pueden ayudar a organizar la actividad que quiere llevar a cabo.
Le aconsejamos estructurar todas las sesiones de su taller en función de un objetivo principal: fomentar la curiosidad por la lectura.
Intente planificar cada una de las sesiones del taller con anticipación, sin embargo siempre tenga en cuenta que el contenido variará de acuerdo a los intereses del grupo de participantes.
Hay muchas estrategias que puede utilizar para lograr que los o las adolescentes comiencen a leer. Le sugerimos usar el juego porque a través del juego se crea un ambiente que propicia la
motivación y el aprendizaje, focaliza a los participantes en el presente inmediato y les permite expresar ideas y sentimientos. Los beneficios que el juego conlleva ocurren de manera natural.
Cuando los o las jóvenes participan activamente en la búsqueda y construcción del conocimiento, y cuando el o la tallerista guía y cuestiona, todos o todas sienten ganas de aprender y descubrir. Por eso, evitamos las exposiciones, los pizarrones y los poseedores de la verdad.
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Programe las etapas que cada sesión del taller debe tener y mantenga esa organización a lo largo del tiempo. Idee las distintas fases que contendrá una sesión, sométalas a prueba durante las dos primeras semanas y haga los ajustes necesarios de acuerdo a los intereses de los o las jóvenes.
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Planifique la actividad y baraje la posibilidad de que probablemente tendrá que modificarla, por lo tanto, tenga alternativas si su plan inicial no resulta como espera. ¡Eso siempre pasa!
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Diseñe la actividad tomando en cuenta los tiempos de concentración y capacidades de los o las jóvenes para que puedan intervenir y participar activamente.
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Programe las etapas que cada sesión del taller debe tener y mantenga esa organización a lo largo del tiempo. Idee las distintas fases que contendrá una sesión, sométalas a prueba durante las dos primeras semanas y haga los ajustes necesarios de acuerdo a los intereses de los o las jóvenes.
Seleccione libros que respondan a los intereses de los o las jóvenes, que tengan imágenes atractivas y textos adecuados para la capacidad lectora del grupo.
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Probablemente muchos jóvenes asocien la lectura con “leer una obra clásica completa”, por lo que es necesario acercarlos a lecturas más cotidianas, sobre toda clase de temas y a través de diferentes formatos.
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Evite las referencias a situaciones familiares o al pasado, ubique la actividad en el aquí y en el ahora. Lo importante es lo que está sucediendo en este momento.
PLANIFICACIÓN
EJECUCIÓN
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Respete el espacio físico de cada uno de los integrantes. No todas las personas se sienten cómodas cuando son abrazadas o saludadas con un beso en la mejilla. Es mejor ser amable y mantener la distancia física.
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Utilice elementos que cambien la atmósfera del taller. Por ejemplo, extender un mantel sobre la mesa en torno a la cual se organiza la actividad, es señal suficiente para indicar que se inicia una nueva experiencia.
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Describa brevemente al grupo lo que tiene planificado para la próxima hora. Esta explicación debe darse antes de iniciar cada sesión para así bajar la ansiedad que pueden sentir los o las jóvenes ante una experiencia nueva.
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Promueva las reglas claras y consensuadas. Indique qué está permitido en el taller y qué acciones se deben evitar. Por cierto, comunique las razones por las cuales se adoptaron estas normas y pregunte si alguien está en desacuerdo para lograr un consenso.
Emplee un lenguaje simple y claro. Ocupe un tono afable.
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Mantenga la atención del grupo, haciendo preguntas, estimulando a que le hagan preguntas o dándoles funciones dentro de la actividad. ¿Quién quiere ayudar con esto? Pida ayuda para realizar acciones específicas y acotadas en el tiempo y chequee constantemente a través de preguntas si entendieron las instrucciones o explicaciones dadas.
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Incentive a los o las jóvenes a tomar un libro. Es fundamental que aquellos más reticentes a leer, se encuentren ante un mediador que busca “algo que les pueda interesar”. Si nunca han leído, pregunte qué tipo de películas les gusta y busque un libro que se acerque a esa temática. Es importante ayudarlos a descubrir sus propios intereses.
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Permita que cada joven lea a su manera. Pueden leer algunas páginas, leer en voz alta o en grupo, demostrar agrado o desagrado frente al texto y/o tener preferencias por un tema. La experiencia de cada joven ante un libro es individual y, por lo tanto, única. Todas son válidas.
Renueve los libros o textos a mostrar en cada sesión. Una de las características de un club de lectura es que los participantes saben que siempre van a encontrar textos nuevos, salvo que soliciten repetir la experiencia.
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Si entendemos la lectura como una actividad compartida, se genera un espacio para opinar y reflexionar en conjunto. Los diálogos que se generen entre los o las jóvenes le pueden dar pistas de cómo atraer su atención. Por ejemplo, si alguien hace un comentario, reaccione con una pregunta abierta que incentive la reflexión colectiva. Recuerde que no está para juzgar, sino para incentivar la expresión de ideas.
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Solicite la autorización de los o las jóvenes para sacar fotografías a la actividad, ya que está irrumpiendo en su espacio privado. Si son menores de edad, necesita además la autorización de sus padres o apoderados.
EVALUACIÓN
Le recomendamos que al término de cada sesión piense en algunas acciones o ideas a implementar en la sesión siguiente.
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Atienda las demandas que le hagan. Por ejemplo, si un o una joven dice que le gusta leer poemas de amor, a la sesión siguiente lleve uno o varios poemas de amor para leer en grupo o individualmente. Acciones de este tipo demuestran empatía de su parte.
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Dése unos minutos para anotar aquello que le llamó la atención. Lo mejor es elaborar un registro de cada sesión, cosa que al cabo de un tiempo pueda recapitular los logros y desafíos.
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Conversaciones en torno a una fogata
Experiencias de terapia narrativa con jóvenes privados de libertad: la magia de los libros entre cuatro paredes
Hay emociones que nos mueven y hay emociones que nos inmovilizan. Todo mediador de un taller para jóvenes se ve enfrentado a temas que muchas veces implican rondar la intimidad de cada uno de los integrantes. Por eso, les recomendamos leer “Conversaciones en torno a una fogata”, un manual de terapia narrativa escrito por Alejandra Michelsen y publicado por Fundación Itaca en conjunto con el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.
